domingo, 23 de enero de 2011

Machado y el Ojo (o la paranoia literaria)

El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.

Antonio MACHADO

Sonó el timbre y mi profesor nos insistió en que echáramos un vistazo al poema CLXI de Machado, la primera sección, porque ahí se condensaba el espíritu del poeta. Creo que nadie lo escuchó, pero yo esa tarde leí esos tres versos que tantos quebraderos de cabeza me han dado. Se inició así un pequeño reto: descubrir el alma de Machado. Y ahora, se inicia otro: reflejarla aquí para poder compartirla con vosotros.

La primera conclusión a la que llegué es bastante evidente: tú no ves las cosas, sino que las cosas son las que te ven a ti. Claro que esto no me resultaba convincente. Porque ¿qué iba a querer decir Machado con eso? Siguiente paso: vale, si las cosas son las que te ven, aunque tú cierres los ojos, siguen ahí. Estás más cerca, me dijo mi profesor. ¿Contingencia?, le pregunté. Sigue tirando del hilo.

Tras unos cuantos gazapos de pasado y futuro y de Dios y panteísmo, lo he entendido. Contingencia, sí. Nosotros existimos, pero podríamos no existir. No somos necesarios. Tampoco queda garantizada nuestra existencia. El ojo no depende de nosotros.  Aunque nosotros no estemos, seguirá ahí. No nos podrá mirar, pero podrá mirar a otras cosas. Y si sustituimos el ojo por todo lo que no somos nosotros, el resultado es escalofriante. Nada depende de nosotros. Si dejamos de existir, nada va a dejar de exisir con nosotros. Para mí, esta idea queda expresada de maravilla en la siguiente frase de Blaise Pascal:

El silencio de los espacios infinitos me aterra.

La creación no va a cambiar porque nosotros nos vayamos. Qué tristeza. Y ese pesimismo sí que suena a Machado; huele a sus campos y a su olmo herido. Así que, ¿a qué conclusión llegamos? Que desde el primer momento, desde que el ojo nos mira, somos olvido. Otra vez. Olvido por todos los rincones, recovecos. Según Machado, rezumamos olvido por los poros.

¿Qué opináis? Sinceramente, yo creo que es cierto que la creación no va a dejar de existir por nosotros; aunque defiendo que sí que podemos dejar nuestra huella en el mundo y en las personas. Si yo dejara de existir, puede que el mundo no cambie, que el ojo siga observando a los demás; pero espero que hubiera personas que me recordasen y que me hicieran un poquito menos olvido.

Gracias por leer.
¡Saludos!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bárbara Natalia! No sé por qué pero sabía que ibas a acabar desentrañándolo... Me gusta mucho.
PD: de parte de la de la camiseta de Poeta en Nueva York :)

Unknown dijo...

Creo que esta reflexión existe desde hace tiempo aunque yo no la había leído sino hasta hoy. Se cumple el mensaje, creo.
Un poeta venezolano, Andrés Eloy Blanco, dice algo similar:" ...Las estrellas no existen en la noche del ciego, pero aunque él no lo sepa, lo iluminan también"
Paz y bien
Caracas, 26 de octubre de 2015

Alma Ramirez hernandez dijo...


Natalia, a mi me sigue quebrando la cabeza.....

Saludos desde Honduras Centro America !.

Alma.

Unknown dijo...

Natalia: excelente trabajo. Muy coherente.
Profesora Julia Abero, Uruguay!
Te aplaudo: por trabajar y .... compartir !

Anónimo dijo...

Pero si no habla de cosas! habla de Otro que posee ese ojo y que su existencia es independiente de cómo eleobservador lo defina. Condensa su pensamiento en tres lineas. También abordas al final un tema que resumo en una frase que escuché de Jose Gordon: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía.

Anónimo dijo...

este poema me llama mucho la atencion por la calidad de su sabor y las orejas tan grandes que tiene
ptt:me gustan los frigopies y los pirulos jungly

Unknown dijo...

Gustavo Adolfo Becker, Rima IV
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Unknown dijo...

No significará lo que voy a escribir, o quizá algo sí: un ojo, no dos,la percepción interna, ya sea escucha o visión, sólo hay una, sin distinción ni juicio de opinión, sólo observación en vacuidad de pensamientos (idealismo, objetivos, expectativa ni posibilidad alguna de elección, sólo observación de mi yo relativo afecto según los propios pensamientos sobre todo lo demás, o el no-yo respecto a mi yo aparente, que viene a indicar lo mismo, lo que a cada uno le parece, piensa, espera o cree). Un ojo, no dos, por qué. Con la mirada quizá todo lo vemos por partes, como cosas separadas y después lo relacionamos como causas-efectos, aunque sean seres (en el antes y el después no existe nada salvo un instante para saberlo, por qué lo y nos prolongamos en él) nos vemos separados desde el yo mismo; yo y todos los demás. La unidad, el todo, y no todo visto como cosas ni pensamientos cosificadores o petrificantes de la vida en movimiento, del movimiento en vivo. Percepción pura, sin pensamientos preconcebidos, prejuicios, predeterminados, pretenciosos, predisposiciones. En resumen, percibir sin filtrar, percibir al yo que ve y lo que ve y cómo lo ve, mi realidad relativa o en relación y según los demás, llena de distinciones y especulaciones, repleta de cosas partidas, separados, partidos, partidarios (de unos o de ciertas ideas y en contra de otros u otras, aunque sea de forma indirecta). Vemos a los demás por partes y según sus pensamientos en función de los nuestros (objetivos, ideas, etc) Puntos, pequeños e insignificantes y efímeros puntos de vista, cambiantes y variables que en nada cambian la unidad o realidad no relativa. Uno, una percepción no es la forma de ver según el pensamiento individual y dispar. La forma de ver la vida no es la vida, las formas definidas tampoco; lo que se define termina como ser y comienza como cosa, y al dejar de definir, acaban las cosas y prosigue el ser. La vida tal y como es, !ojo!, y no tal y como cada uno la quiera ver, la cree, la piensa. La vida que ves no es vida porque la ves (sujeto perceptor de objetos según objetivos efímeros), es vida por...
Aunque me quedo con los tres versos, escucho otra vez sin ese tipo de pensamientos, y adonde llevan desaparecen las palabras de explicación.

Víctor Grille dijo...

A me atrae desde hace mucho y me llena de dudas su interpretacion. Creo que expresa que estas con otro igual a ti, independiente de ti, y que no esta porque tu lo mires, esta por si mismo.