jueves, 14 de febrero de 2008

Pétalos de rosa


Los pétalos de rosa habían quedado esparcidos por toda la Isla de Saint-Louis.

¿Cuándo ella lo descubrió?

¿Cómo?

Pude observar como ella, Natalie, se llevaba una mano a cabeza y se retiraba el pétalo rojo y ya marchito que el viento había arrastrado hasta su boina de color grisáceo.

Lo observó durante unos instantes, manteniéndolo en su delicada mano blanca y, luego, con un gesto brusco de su cabeza, separó sus dedos y el pétalo de la rosa se deslizó entre ellos cayendo lentamente esta el suelo, mientras la melena oscura de Natalie se balanceaba al compás del viento. Quizá gracias a haber abandonado el pétalo rojizo, que ya comenzaba a tornarse violáceo, pudo descubrir lo que yo ya había descubierto hace horas, en uno de mis paseos matutinos por París.

Bajo sus pies, el suelo parecía diferente al que pisaba todos los días. Había muchísimos pétalos, que casi parecían formar una alfombra escarlata que la gente observaba con curiosidad.

Se retiró un gracioso mechón de pelo rebelde que se rizaba en su frente y se dio la vuelta, pero entonces cayó en la cuenta de que los pétalos ya no estaban en aquel lado. Se volvió de nuevo hacia los pétalos, desconcertada, y entonces descubrió que parecían llevar a algún sitio. Tal y como yo había sospechado al descubrir todo aquello, ella, con su alma de periodista, no podía dar la espalda a algo tan sorprendente, así que echó a andar siguiendo el camino de pétalos.

Yo la seguí, aunque ya sabía a donde nos dirigíamos.

Ella comenzó a bajar las infinitas escaleras que llevaban hasta la orilla del río Sena, y entonces, al ver a donde aquel camino de pétalos llevaba, cogió su cámara, que llevaba siempre colgada de su cuello, y enfocó.

Yo estaba detrás de ella, pero no se había percatado…todavía.

Natalie estaba demasiado concentrada en el banco que tenía en frente, todo cubierto de pétalos de rosa, como el que hacía unos instantes llevaba en su boina, aunque los de la superficie del banco habían quedado arrugados y se habían ido deslizando hasta caer alrededor, pues aquel era sin duda el nido de alguna declaración amorosa, que seguro que había llegado a buen puerto.

Ella hizo la fotografía y se volvió hacia mí.

Me miró extrañada, con sus ojos azul pálido tan claros que casi dejaban entrever su interior: inseguridad, duda y, sorpresa, cuando se clavaron en el ramo de rosas que yo sostenía entre mis manos.

- ¿Has hecho tú esto? – me preguntó.


Negué con la cabeza. Yo no era francés, pero los años que había pasado en París me habían ayudado a aprender el idioma y ya podía entenderlo a la perfección.

- No sé quien ha hecho todo esto – admití – Pero lo que sí sé es que me ha brindado una espléndida ocasión para hablar contigo, Natalie.

- ¿Cómo…? ¿Cómo sabes mi nombre?

- He leído tus artículos. – repliqué.

Le tendí el ramo y a la vez, le tendí también mi otra mano. Ella aceptó la rosa, aún algo dudosa, y tan sólo rozó mi mano, quizá en señal de agradecimiento, pero aún así me sonrió ampliamente y el rubor acudió a sus mejillas.

Aquel día era San Valentín.

Y aquella noche, los pétalos de rosa quedaron esparcidos por todo París.

···

Feliz día de San Valentín, disfrutádlo con quien de verdad queráis y, si ese alguien no ha llegado todavía, como ha pasado en el relato de hoy, nunca se sabe...

¡Quiero comentarios!

Fdo
Natalia López

P.S. Todo lo que escribo aquí son relatos escritos por mí, así que por favor no los toméis sin darme crédito. Gracias!

7 comentarios:

Dänielä dijo...

OJALÁ ME LLEGUE EL AMOR!
y sea tan lindo como en el relato con París de fondo y un lindo ramo de rozas...
Sigo diciendo que es muy bueno tu blog felicidades

Däniela CHILE!

Cecilia de la Vega dijo...

Bonito relato. Very romantic!
Gracias por pasar por mi blog.
Saludos!

Natalia dijo...

De nada Quillén!
Gracias por el comment!

lauriita dijo...

uenass!! me encanta el relato, sabes k tienes un don para escribir asi k no lo desaproveches k tu vales mogollon. pos na k TKM!!bss

Meg dijo...

Que bonita historia! Ojala que a todos los corazones solitarios nos llegue un pedazito para parchar el nuestro.

Feliz dia de san valentin!

Y pasate por el blog cuando gustes natalia que yo hare lo mismo en el tuyo.

Gusto en leerte
Rose.

bit ramone dijo...

Gracias por la visita y el amable comentario. Truman Capote en su célebre prólogo a Música para camaleones relata que un día comenzó a escribir sin saber que se había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo: «Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y escribir mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil pero brutal.». Ánimo y un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Bueno Nata me encanta la pag me ire pasando ¿ok?
Muchos besos(K)