domingo, 15 de febrero de 2009

Uno por otro murieron...



Viene de la entrada de abajo
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Y ella está allí, tan bella, recostada en su lecho, dormida, pero con las mejillas encendidas contrastando con la soberana palidez de su rostro. La debilidad me invade y no soy capaz de pronunciar su nombre, pero mi corazón, recién nacido de nuevo, lo grita una y otra vez. Y quizá ella lo oiga, puesto que sus ojos se abren y se clavan en mí.

- Has vuelto – murmura.
- Te dije que lo haría – repongo.
- Lo sé.
- Te has casado – digo, y me duele escuchar mis propias palabras.
- Sí – las lágrimas acuden a sus ojos y su mano se desliza hasta la mía.

Ya no tengo fuerzas para continuar.

- Creí que nunca volverías. Había noches en las que me despertaba y no era siquiera capaz de recordar tu nombre. – dice ella, mientras yo me acerco a su cama, buscando cobijo en sus dulces labios.
- Dame un último beso. ¡Oh, te lo ruego, bella Isabel! Y partiré a donde jamás puedas encontrarme y así ya no tendrás nunca que recordar mi nombre.

Las lágrimas ya decoran sus mejillas y su mano acaricia mi pelo.

- No puedo faltar a mi marido.
- Isabel, un beso sellará para siempre mis labios – digo y su mano recorre ahora mi cara.
- No puedo.
- Bésame.

Ella niega con la cabeza, sin fuerzas para hablar.

- Mi corazón no podrá seguir latiendo ni yo continuar viviendo sin un beso tuyo.
- No puedo…- susurra, y hay dolor en sus palabras.

Pero más dolor inunda ahora mi alma, mi mente, ¡todo mi ser! Pues todo mi ser se desmorona, al encontrarme amante pero no amado. Y en mis pupilas quedará para siempre grabada su bella imagen, en su lecho, con los ojos llorosos, la dorada melena cayendo en cascada sobre sus hombros, sus mejillas encendidas…¡Ella me priva de su beso a la par que mi corazón de sus latidos! Y así, de amor, muero.

***

Al día siguiente de esta trágica aventura, tuvo lugar el entierro de Juan Diego Martínez Garcés de Marcilla. Su eterna amada, Isabel de Segura, abandonandó el refugio de su hogar en las primeras horas de la mañana, parte a la capilla en la que reposa su cuerpo. Al ver tendido a Diego, bello y pálido, sus labios entreabiertos en una muda súplica, su amor se enciende cual lumbre y corre a su lado, concediéndole ese último beso por el que él murió y que le arrebata de golpe la vida a ella.
Cuando Isabel fue encontrada, unida a Diego por el beso y por la muerte, las familias de ambos deciden enterrarlos juntos, en honor a ese amor que prendió sus corazones. Y así se inauguró el mito de los amantes de Teruel.
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Ahora sí. Espero que os haya gustado, a mí es una leyenda que me apasiona, es como Romeo y Julieta a la española. Espero vuestras opiniones y gracias - como siempre - por leerme.

Besines a todos
Natalia

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado muuuucho jaja
Me voy a aficionar yo también a las leyendas xD

Franberrys dijo...

ajaj muchas gracias mi blog es como my home asique trato de mantenerlo lindo ajajaj y expiacion me encanta la pelicula por que aun no me e podido leer el libro no lo encuentro en ninguna parte
quien no ama a Johnny Depp si e slo mejor con su cara y personalidad que uno nunca sabe lo que esta pensando.
ajaja besos.

Anónimo dijo...

Me ha gustado ese Romeo y Julieta español :) Precioso, la verdad.

Muases de una caperucita loca :)