viernes, 29 de mayo de 2009

Lectura III: El sueño de una noche de verano

Estoy contenta. Y no porque el exámen de Historia de hoy me haya salido genialmente bien, gracias por preguntar, sino porque he descubierto que Shakespeare -¿de qué os pensabáis que os iba a hablar? - no solo nació en Stratford, sino que también está enterrado allí. ¡Voy a venerar los huesos de Shakespeare! O por lo menos lo intentaré, si es que consigo encontrar el lugar... "El lado norte del presbiterio de la iglesia de Stratford", reza el prólogo de mi edición de El sueño de una noche de verano... Porque a eso vamos...



El sueño de una noche de verano
William Shakespeare




El título original de esta obra es "A Midsummer Night's Dream", así que ya tenemos fecha concreta para situar la acción: Middsummer es solsticio de verano, por lo que nos situamos en el 24 de Junio, fecha que ya se nos acerca peligrosa- y dulce-mente a nosotros. Imaginad el verano en una Atenas gobernada por Teseo, enamorado de la amazona Hipólita. E imaginad también que la boda de ambos se va a celebrar ese mismo día, ese vigésimo-cuarto día, en el solsticio...

Teseo en su palacio ha de atender a Egeo, un ateniense que le presenta un grave conflicto de tintes amorosos. Su hija, Hermia, de estatura baja y de pelo negro como el azabache, no consiente en casarse - ¡elegir amor por ojos de otro! - con Demetrio, el hombre que él mismo había elegido como su yerno y que, además, está profundamente enamorada de Hermia. Además, Egeo denuncia a Lisandro, enamorado también de Hermia, al cual acusa de haber robado el corazón de su hija recitando rimas...

Hermia y Lisandro deciden entonces reunirse a la noche siguiente, la del solsticio de verano, en el bosque fuera de Atenas y partir allá donde su amor sea aceptado y puedan contraer feliz matrimonio. Aparece entonces Helena, de cabellos dorados, alta estatura y, para más inri, enamorada perdida e irremediablemente de Demetrio. Los dos enamorados le cuentan su plan y ella, celosa porque Demetrio fija toda su atención en Hermia, decide contarle el plan de áquellos a éste.

Por otro lado, se nos habla de un grupo de atenienses que quieren representar una obra en honor a Teseo e Hipólita en la noche de boda de éstos. Y el drama elegido es el de Píramo y Tisbe, desafortunados amantes de los que ya hos he hablado alguna que otra vez, y que además sirvieron de inspiración a Shakespeare para Romeo y Julieta... A lo que íbamos, todos estos respetables hombres, además de tener nombres muy esclarecedores -Membrillo, Posaderas, Comodón, Muerto de Hambre y demás -, son unos pésimos actores. Servíos de un ejemplo:

- Comodón, el carpintero, tú el papel del león; espero que así podamos hacer la obra.
- ¿Tienes escrito el papel de león? Os ruego que, si es así, me lo des a mí, porque soy lento en el estudio.


Este panda de actores nacientes deciden quedar para ensayar la obra en el bosque fuera de Atenas la noche siguiente... ¿Ya lo váis viendo?

Y, en último lugar pero no menos importante - para nada, en realidad - tenemos a Oberón y Titania, sendos reyes de las Hadas. Por una disputa referente a un niño indio al que Oberón reclama como paje, los monarcas no es que estén muy contentos el uno como el otro. Así Oberón, para vengarse de Titania, manda a Robin, el Duende - yo soy el alegre vagabundo de las noches - en busca de una flor cuyo néctar, untado sobre los ojos de cualquiera mientras duerme, hará que se enamore profundamente de lo siguiente que vea, ya sea hombre, animal o bestia.

Mientras el Duende cumple con su parte, Oberón escucha una dispusta entre Demetrio y Helena, que han ido al bosque a buscar a los otros dos enamorados... ¿Qué pasa? Pues que, cuando vuelve el Duende, Oberón no solo le encarga untar los ojos de Titania, sino del joven desdeñoso que desprecia a la dulce dama ateniense y le dice que reconocerá al joven por los trajes atenienses que lleva.

El Duende cumple su tarea a la perfección con Titania, que se enamora de Posaderas, uno de los actores y Píramo en la obra, que por una jugarreta del Duende ahora tiene cabeza de asno... Pero cuando encuentra a Lisandro y a Hermia dormidos en el bosque, confundiéndole con Demetrio, unta los ojos del joven, con tal mala suerte que lo próximo que ve es a una enfurecida Helena...

Así todo se torna en una cruel broma del destino...De tu error por fuera resultará destruido algún verdadero amor y ninguno falso quedará destruido...Oberón decide tomar las riendas del asunto, deshaciéndo el hechizo cuando los cuatro protagonistas caen rendidos a los brazos de Morfeo tras sus respectivos desengaños amorosos, y así todo queda reducido a un sueño de una noche de verano... Cruel, pero sueño al fin y al cabo.

De verdad, tenéis que leer esta obra. Es la que más me ha gustado de Shakespeare con diferencia. Me he reído, me he maravillado, me he sorprendido con la fantasía y me he carcajeado con la obra de Píramo y Tisbe. Pero lo mejor, sin duda alguna, el epílogo:< /div>
Si a las sobras hemos ofendido
no penséis sino esto, y todo esta arreglado:
que vosotros no habéis sino dormido aquí
mientras estas visiones aparecían.


Besos
Natalia

4 comentarios:

Ladynere dijo...

Ahhhh! ¿De verdad vas a ver su tumba? ¡¡qué envidiaaaa!! ¬¬

Te voy a dar un papel con un beso mío, de pintalabios rojo, para que se lo dejes encima.
Y haz muchas, muchas fotos.

Y dile que amo a Hamlet por encima de todas las cosas ;)

Bss!

Anónimo dijo...

¡Ya me contaréis cómo se va para cuando esté yo! Y hacedme una lista de sitios donde ir, y un mapa para encontrar algun McDonalds... o algun garito de fish and chips (LL) Y debo admitirlo, jamás he leído ninguna obra de Shakespeare entera. >///<

Natalia dijo...

El beso de Nerea y el McDonalds de Yaiza. Apunto!

Unknown dijo...

Hola 10 años despues