miércoles, 7 de abril de 2010

De calles que cambian de nombre sin avisar

El lunes hice un terrible descubrimiento. O las calles de Villanueva de Gállego se han vuelto contra mí o estoy demasiado obsesionada con Lorca. Como esto segundo es obvio, pero nada terrible, me quedo con la primera opción. Sí, señoras y caballeros: hace unos días pasé en bus por Villanueva y vi, con total claridad y en pleno uso de mis facultades, una calle que se llamaba Federico García Lorca. Estoy absolutamente segura. Hasta aquí, todo bien. Un genio así merece una calle en cualquier sitio, dicho sea de paso. Así que este lunes, que estaba en Villanueva, y tras ciertas desavenencias a cerca de si existía o no tal calle, decidí comprobarlo por mí misma. Y esto fue lo que me encontré:


Sí, misteriosamente alguien había cambiado mi cartel favorito por otro de Ramón Pignatelli. Injusticias de la vida, ahora todo - o casi todo- el mundo cree que me invento calles. Pues quizá no: quizá ellas mudan de nombre, como las serpientes de piel. Así debería de ser:


De cualquier forma, esa calle será siempre para mí la calle de García Lorca y ese lunes, uno a recordar.

Qué no os engañen mucho los ojos, las calles, la mente, los genios o lo que sea :)
Natalia

1 comentario:

Anónimo dijo...

es mejor la calle de García Lorca