martes, 4 de mayo de 2010

Cierzópolis

Yo ya os definía cierzo, pero es que hoy lo he experimentado en mis propias carnes. Cuando nos deleitábamos creyendo que ya llegaba el solecito y que nuestro querido y eterno compañero de mañanas, tardes y noches se había tomado unas merecidas vacaciones, nos hemos desencantado de golpe. ¡Qué frío! ¡Pero frío, frío! De ese que solo se puede remediar con un buen abrazo. El cierzo parece haberse aburrido de sus vacaciones. Eso o la crisis también le afecta a él y ha de trabajar más para conseguir su sustento. Así que ha regresado y se ha cobrado varias víctimas: por un lado, mis manos sin guantes y, por otro, un pobre árbol que lloraba, derribado, en la plaza Aragón.


La ciudad del cierzo tiene merecido su apodo (: Aunque más que eso, yo diría acepción. Sí, sí, cierzo debería figurar en los diccionarios como sinónimo de Zaragoza. ¿Quién se apunta a una llamada a la RAE? ;)

Saludos
N

P.S. Quitando tildes por recomendación de una persona a la que nunca me canso de saludar por aquí: ¡Miguel Ángel, siempre es bueno saber de ti!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

iba por la plaza que hay cerca del campo de futbol de la romareda hoy sobre las 6 de la tarde, y estaba convencida de que en cualquier momento iba a salir volando por culpa del viento... que mal lo he pasado

siento mucho lo de tus manos... pero seguro que si cierta persona te abraza se te pasa xD

mañana acuérdate de los guantes, que si no mañana tus manos no
sobrevivirán...

Ladynere dijo...

Cierzo como animal de compañía. Cada día me gusta más tu blog y cómo escribes ;-)