Amargura dorada en el paisaje.
El corazón escucha.GARCÍA LORCA
Huele a otoño. Los árboles lloran hojas que duermen en el suelo, manta que abriga en bancos frente a fuentes dormidas, lágrimas doradas, amarillas, aúreas, que contrastan con mis labios, con mis mejillas, mi nariz y mis orejas encendidas, rojas, por el frío y por el cierzo. Dulce amargura, el corazón palpita sí, palpita y escucha, bebiendo de Mirón, Fidias y Polícleto, de las palabras de Platón, de Aristóteles, de la Literatura de la Ilustración y de las Bohemias de Valle. Mañanas de estudio en otoño en el anochecer de mi ánimo. Tardes de despertar en otoño, con sus amaneceres cálidos.
Feliz inicio de semana a todos,
y mucho estudiar para mí!
>N
4 comentarios:
Y que nadie comente en estas entradas tan geniales...
Sabes dónde voy a estar, nos vemos al final de la calle ^^.
Con b, lo sabes, verdad?
El otoño es mi estación favorita, me encanta este sentimiento de nostalgia plasmado en el fino colchón amarillo, rojo y naranja sobre la hierba...
Es una estación que me inspira profundamente y parece que a tí también, juzgando por lo bien que la has descrito :)
Mucho estudiar para mí también, con Mirón, Fidias y Polícleto!
Nos leemos :)
Acá, del friazo que hace, más bien huele a invierno.
Muá.
Gracias, por la entrada, muy buena Noelia.
Te leo siempre. Un saludo.
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