miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nada extraordinario (filosofía a lo Harrison)

Tomorrow when you rise
another day for you to realize me
or send me down again

Hay días para que te pongas la americana azul y para que te hagas un moño perfecto. Hay otros días para que te entusiasmes al leer un libro o días en que encuentras un verso en una canción que te cambia la vida. Hay días para no hacer nada, para quedarse en pijama y tomar Nesquick. Hay días para estar enferma, hay días para que unos pantalones te sienten mejor o peor. Hay días en que te mueres por recibir abrazos y otros en los que te muerdes las uñas. Hay días en que te encanta la lluvia y hay días en que la aborreces.

Hay días en que pasan cosas extraordinarias: firmas un contrato, te dan tu primer beso, te regalan un anillo, te despiertas en otra ciudad, tus ojos brillan más que nunca, te traen el desayuno a la cama, la trenza te queda perfecta. Hay días, en cambio, ordinarios, en los que nada te sorprende, todo te aburre, todo te supera, excepto las sábanas de la cama o un café bien cargado.

Hay días en que pienso que pocas personas me gustan más que George Harrison. Hay días en que me obsesiona su concepción de que el sol no dura todo el día, pero las nubes tampoco. Hay días en que sencillamente escucho su música y me parece sentirlo cerca, enseñándome. Hoy es uno de esos días. Hoy quiero ponerme sus gafas de corazón y aprender.

Hoy he aprendido que lo maravilloso, lo extraordinario es que hay días. Días ordinarios, tristones o días en que desayunas en Venecia. Días de calor, días de errores. Y he aprendido que solo, tan solo yo puedo decidir.

Este curso, prometo intentarlo. Intentar la filosofía a lo Harrison. Ser yo en todo momento la que decida, sin preocuparme, sin que me pisen, sin que me hagan sentir mal. Ser una persona nueva (Then we were new, canta McCa) y a la vez la misma, porque solo solo yo puedo seguir adelante.

Sed felices, esuchad todo All Things Must Pass.
Y Hare Krishna!
N.

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