viernes, 21 de agosto de 2009

De cómo Jane Austen me hizo sufrir

Uno de mis propósitos de este verano en cuanto a lecturas se refiere era, tras conseguir leerme Guerra y Paz, perderme de nuevo en las, ora suaves, ora afiladas, letras de Jane Austen, la cual nunca ha conseguido decepcionarme ni evitar que un nuevo amor platónico haga acto de presencia, ya sea el insuperable señor Darcy o el señor Knightley. Además, una nueva colección de sus libros en idioma original - a saber, inglés - se ha añadido a mi estanteria.



Bien, pues tras haber devorado justamente la mitad de las seis obras de Austen, le tocaba el turno a Mansfield Park que puede ser no tan conocida como otras. Sin embargo no se queda nada atrás. En mi edición - aun la española - la reseña dice que la historia de Fanny, la protagonista, es "subyugadora". Y creo que no hay palabra mejor para describirla. La protagonista es Fanny, como ya os he dicho, quien es trasladada por la graaaan caridad de sus tíos - como tía Norris no se cansa de repetir en toooda la extensión de la novela - a Mansfield Park, para librar de una carga a su pobre madre Mrs. Price que con sus creo que 8 hijos no da a basto. Así que Fanny es trasladad de Portsmouth al campo y, haciendo gala de su personalidad tímida y vacilante poco dada en niñas de 10 años, no consigue encontrar un hueco en la familia de su tía Lady Betram y su intimidante tío sir Thomas, padres de los ambivalentes Tom, Julia y Maria. El trato de todos ellos hacia Fanny es bastante cuestionable, así que la vida de Fanny se tronca todas las noches en lágrimas sobre su almohada.

Es así hasta que a parece, en mi opinión, el personaje más dulce de las novelas de Jane Austen: el primo de Fanny, Edmund Betram, que no tarda en ayudarla y ambos se convierten en los más cercanos amigos. Edmund no es tan interesante como el señor Darcy, ni tiene tanta clase como el señor Knightley e incluso el malogrado Willoghby lo supera en galantería. Ya digo que la mejor palabra para describirlo es dulce. Dulce y tierno. Y una de mi propio vocabulario: abrazable. Así queda todo dicho. Así ambos crecen y ese mutuo afecto se convierte para Fanny en algo más. Ya escribe Austen: "Fanny le quería más que a nadie en el mundo, exceptuando a William - su hermano -. Entre los dos repartía su corazón."

Cuando unos nuevos vecinos llegan a Mansfield Park, Mary Crawford y su hermano Henry Crawford, las cosas comienzan a complicarse. Julia y Maria no tardan en sentirse atraídas por Mr.Crawford y así comienza una muda lucha. Sin embargo la más dolorosa tiene lugar en otro lugar: el corazón de Fanny, pues Edmund no tarda en confersarle su admiración por Mary Crawford. Fanny ha de ser, entonces, confidente de ambos enamorados, mientras nadie sospecha su verdadera inclinación y sufre en silencio.

Y así es como Jane Austen me ha hecho sufrir a mí, aunque no tan en silencio, hasta la última página, mientras yo pensaba lo impensable en una novela de Austen: un final que no fuera feliz. Me he debatido entre odiar o querer a Edmund mientras no hacía sino compadecerme más y más de la pobre Fanny. Sin embargo la novela me ha satisfecho, me ha hecho reír y enternecerme en más de una ocasión. Sube en el ranking de Austen, aunque sin alcanzar Orgullo y Prejuicio. Pero queda segunda posición, un puesto más que merecido.

Besos
N

P.S. Y sí, al final, quiero a Edmund. Como a todos los personajes de Jane Austen. ¡No puede haber hombres mejores que los que ella describe!

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