Y como ahora debería estar estudiando Filosofía - pues mañana me examino de eso - os toca entrada de Filosofía. Pero antes, recalco ese os. El blog está muerto, o en estado vegetativo como poco. Sé que la culpa es mía, pero también vuestra. Venga, animaos, un comentario nunca viene mal ;)
Retomando lo de la Filosofía, uno de los últimos puntos que me entra es ese complejo "¿Qué sentido tiene mi vida?" y de las dos posibles respuestas - sí que lo tiene y no lo tiene - me resulta muy curiosa la del no. Pese a que, en cuando a la explicación se refiere, me decanto por los vitalistas, la óptica de los llamados nihilistas es más que curiosa. Es un secuencia que dice, más o menos, lo siguiente:
1. El hombre busca el sentido de la vida.2. El hombre da ese sentido.3. El hombre sospecha que ese sentido es inventado.4. El hombre niega el sentido de la vida.
Así que ¿qué es lo que queda? El absurdo, por no decir el gran absurdo. Chocan, pues, dos cosas: la necesidad de encontrar un sentido y la consciencia de que ese sentido no existe. Y esto no puede acabar bien. Dos alternativas: o la náusea o el suicidio. Dejando de lado el suicidio, que me parece exagerado, me llama mucho la atención lo de la náusea. Sí, son palabras exactas de mi profesora, que nos recomendó un libro con el mismo nombre de Jean Paul Sartre y que no tardaré mucho en leer - espero, se me está quedando atascado Germinal -.
Pues frente a esas dos alternativas, yo me quedo con el vitalismo y sostengo eso de que se ha de vivir la vida de tal forma que, cuando la acabes, no te tengas que arrepentir absolutamente de nada. Parece complicado, pero creo que voy por buen camino. Y si no, cuando haya malos ratos, tragos y bocados, lo mejor es parafrasear a George Harrison y pensar que ya llegará el sol. En algún momento, pero llegará.
2 comentarios:
jajaja me gusta mucho tu manera de animar a comentar a la gente (E.M)
sinceramente tu bolg me hace mas entretenido estudiar filosofia xD
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