sábado, 14 de mayo de 2011

Cogito versus sum

El Cogito derrota al Sum, me    dice Pedro Salinas en su Defensa de la lectura. Es cierto que Salinas habla de el abandono de la poesía, de la lírica – y de su implícita complejidad – frente a las novelas que exponen fríamente el conocimiento; pero yo he relacionado esta frase con el momento en el que me encuentro ahora mismo: inserta en una semana de exámenes globales con la que me “juego” – en eso insisten los profesores – la selectividad – aunque sé que no tengo problema alguno y que esto es casi por mera burocracia–. De cualquier manera, he pensado que Salinas ha dado en el clavo. Porque yo hablo con mis compañeros y están estresadísimos. Y yo lo comprendo: yo también lo estoy, siento una gran responsabilidad y me asola a veces ese fantasma del ¿y si cae la Guerra Civil como tema o no me preguntan a  Lorca o no se traducir el poema de Virgilio o no tengo ni idea de distinguir vanguardias o de explicar a Cezanne o si la lío con el True o False o si mutilo la Estética de Kant o la Gnoseología de Nietzsche o no entiendo un climograma o me olvido de la fecha de la muerte de James Joyce…? Ese fantasma lo tenemos todos, y es comprensible. Pero todo tiene un límite.

Porque, amigos, el Pensar está derrotando al Ser. Que sí, que hay exámenes, ya lo sé, pero por eso una persona no puede dejar de Ser. Porque yo prefiero irme a dormir a las 23h30 y dormir 7 horas que quedarme estudiando hasta las 4h00 y dormir 2; prefiero beber un café en el desayuno que un Redbull de madrugada; prefiero repasar lo estudiado que estudiar lo jamás aprendido – y que probablemente jamás se aprenderá –; prefiero salir a pasear con mi chico a aislarme entre apuntes. No insto a nadie a que no estudie; sólo a que considere la posibilidad de que sí, bueno, es semana de exámenes, pero… que ha habido muchas semanas para estudiar más dosificadamente. Y que ahora, no dejen de vivir por ello.

Que no dejen de Ser.

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