sábado, 1 de septiembre de 2012

Testimonio, justificación, interrogante.

XXX.VIII.MMXII
De cuatro y media
a cinco de la tarde.

(…) Y la verdad es que no recuerdo qué es lo siguiente que ha pasado, sólo sé que has dicho que sí y después, al minuto, a la hora, qué sé yo, yo estaba llorando histéricamente, creo que es la primera vez que he llorado así, así de fuerte, sin remedio, dejándome todo en ello, la verdad es que no podía controlarlo, al principio he querido tragármelo todo otra vez, una vez más, pero no había forma, es como cuando quieres reírte y no puedes y entonces te ríes más, pues así pero dolorosamente, del revés. Yo no recuerdo haber llorado así antes, ni contigo ni con nadie, y creo que te he asustado, porque después de haber aguantado una hora casi sin notar mi presencia, entonces sí, has roto todas las barreras y has venido a rescatarme, murmurando mi nombre, y entre las lágrimas he tenido tiempo de pensar que, por lo menos, esto era bonito, todo era tan intenso y olías muy bien y todo tú eras amor por mí, como lo eres siempre, pero entonces más, porque venías a salvarme y me apretabas muy fuerte contra ti y no querías dejarme marchar y me besabas el pelo y me limpiabas las lágrimas, pidiéndome perdón, perdón, perdón, pero yo no podía dejar de llorar (…) También se me acaba ahí ese momento, supongo que estaba demasiado ocupada llorando y pensado que era muy bonito estar por fin tan cerca de ti y verte tan preocupado, tan volcado en mí, besándome el pelo y la frente, eso sobretodo, y con tu mano en mi cuello, eso sí que sobretodo. La cuestión es que también se me borran las cosas y no sé cómo hemos (…)

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
PEDRO SALINAS
La voz a ti debida

Las reconciliaciones, los perdones, las pestañas, los párpados, los planes de futuro, el calendario, los retos, las promesas, las conquistas, las flores, la ducha, las palabras, los silencios, las sorpresas. Y ahora, buenas noches, ahora, por qué sigo esperando. Por qué hay vacío. Por qué. Expectativas, fracasos. Un día más, un día menos. Ya es septiembre. Tú y yo estamos a punto de conocernos. Las posibilidades. El miedo. Los condicionales. ¿Juegas? No lo sé. Pero no. No me abrazaste demasiado fuerte.

Night.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Puedes ir en paz.
Ego te absolvo a peccatis tuis.
Magnífico blog.