domingo, 24 de octubre de 2010

Historia de un semáforo

Del gran fotógrafo Carls

Aun arde, pero tiembla.

Márchate, vas a llegar tarde. Te da igual, pero me prometes que no lo harás. Que incluso te sobrará tiempo. Intento convencerte, pero en verdad no quiero que te vayas. Siempre acabo rogándote que no rompas el abrazo, que lo deformes en un beso. Bajo los ojos hasta tus labios, y tú entiendes y te acercas y deja de importar el segundero.

Se extingue la luz rojiza.

Está en verde, digo. Te da igual, porque aun no parpadea. Arañando instantes, como siempre, instantes con olor a café, a lluvia que no se decide a caer. Hilando recuerdos de conversaciones, de sonrisas, de tus bromas y de mis gestos, de tus escalofríos y de mis cosquillas. Te espera un bus, ya has dejado escapar uno. Estaba lleno, argumentarás. Mentiroso.

Parpadea el verde y casi se distingue el rojo.

Venga, vete. Pero te acompaño al cruce. Te urjo a marchar, pero yo marcho contigo. No te vayas. Ya llegaremos a casa, prometes. Me besas, te beso, me abrazas, te abrazo. Es con b, ambos lo sabemos. Y tienes que cruzar. Aun puedes volver a mirarme, y te despides con la mano. Y odio tener que darme la vuelta, pero tengo que hacerlo. Así acaba el fin de semana. Para mí ya es lunes, martes y miércoles.

Y el semáforo se ha prendido de rojo otra vez.

6 comentarios:

Unknown dijo...

¿Cómo lo haces?¿Por qué? No me lo digas, no quiero saberlo. ¡Eres la mejor!

Marta Boza dijo...

guau!

Unknown dijo...

me gusta ver mi foto en un texto así, gracias! :D

Elisa dijo...

jajaja no se nota nada que hablas de guillermo xD
tu blog es genial =)

Anónimo dijo...

Yo creo que cada semáforo tiene su propia historia, pero nadie sabe escucharla.

Me alegro de que te gustase mi blog, espero que dejes constancia en él de vez en cuando :)

Conra dijo...

De las infinitas formas del amor,tu describes una de las mas bonitas, de forma suave,espontanea y pura.
Me encanta.