Tal vez Mariana creyó que Manuel ya había despertado y que subía a buscarla, porque cuando se apartó de la ventana tenía en los labios una sonrisa sin asombro, como si hubiera estado fingiendo que no escuchaba los pasos para permitirle a Manuel la delicada ocasión de llegar silenciosamente hasta ella y de taparle los ojos mientras la abrazaba.
ANTONIO MUÑOZ MOLINA
Beatus Ille
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Me maravillan las Galas y las Marianas de espaldas. ¿Y a vosotros?
1 comentario:
No tanto como tu figura, ni tu todo
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